Camboya I

Primer día: Phnom Penh

Sábado por la mañana, primer día de una esperadísima semana de vacaciones!!

Tras levantarnos muy pronto, con nuestras mochilas al hombro, cogimos un metro desde NTU que nos dejaría hora y media más tarde en el aeropuerto de Singapur, donde nos esperaba nuestro vuelo con destino a Phnom Penh.

Solo subir al avión ya fue una experiencia por la cantidad de barcos cargueros que se ven desde el cielo, (cuando llegué a singapur era de noche y se veía nada de nada)

Tras hora y media llegamos al aeropuerto de Phnom Penh, donde tuvimos que rellenar unos papeles, entregar una foto de carnet y pagra 20$ americanos por el visado. No hace falta llevar la foto, pero es más barato si la llevas, que no se te olvide!! Otro dato a tener en cuenta es que no se puede cambiar el dinero hasta pasar la frontera, pero te piden que pagues en dólares americanos, así que menos mal que cambiamos antes!! (Hay un cajero por si no queda otro remedio, pero es mejor llevar en mano porque las comisiones suelen ser muy altas!!)

Una vez salimos del aeropuerto acordamos un precio fijo de 9 dolares con el taxi para llegar a nuestro hostal. Estaba lloviendo, mala suerte!!

Tras adentrarnos en la jungla que es Phnom Phen, llegamos a nuestro hotel, Angkor International Hotel. Estaba muy bien para los 8 euros que nos costó por cabeza, y el recepcionista fue muy amable y nos ayudó a organizar lo que nos quedaba de día y a contratar el bus dirección Siem Reap para el día siguiente.

Tras dejar nuestras cosas y organizar lo que quedaba de día, tomamos algo de comer rápido en el hotel y salimos hacia nuestra primera visita. Como habia llovido y llevabamos un poco de retraso, no pudimos ir a los Killing Fields. Me hacía muchísima ilusión ir, pero a veces las cosas no pueden ser!! A cambio, vimos la prisión de Tuol Sleng, un antiguo colegio que fue usado como cárcel y centro de tortura durante la guerra civil. Cogimos un tuc tuc (carrito con asientos para 4, tirado por una moto, divertidíiiisimo!!) y nos pusimos en marcha!!

La entrada fueron 2,50 $, y contratamos un guía entre todos por 20 dolares a dividir, que nos explicó para qué servía cada sala, y las diferentes atrocidades que ocurrieron ahí dentro. Te pone los pelos de punta pensar en que en cada rincón de ese colegio murieron tantas personas, y sobre todo, me sentí muy inculta. En europa sabemos mucho de los nazis y sus torturas, pero las atrocidades que ocurrieron aquí no nos llegan!!

Algo que me llamó mucho la atención fue la documentación tan ordenada y conservada tanto de cada uno de los torturados como de los guardias. Había muchas mujeres encargadas de realizar torturas, casi más que hombres en las fotos!!

Estas son las tumbas de los últimos cuerpos que encontraron aquí. No pudieron ser reconocidos, y descansanen el patio del colegio en memoria a todos los que perdieron su vida allí.

Lo que un día se usaba para colgar banderas, pasó a ser utilizado para colgar personas y meterles la cabeza en agua.

Tras esta dura visita, y dado que ya eran casi las 5 y todas las atracciones turísicas cerraban, decidimos dar un paseo por fuera del Palacio Real y la Pagoda de Plata. Mis compañeras fueron días después, cuando yo ya había vuelto, y efectivamente, no te pierdes mucho si no entras, aunque si tienes tiempo no está de más.

Nosotros paseamos por el paseo del río y vimos por fuera el Palacio, la Pagoda de Plata y el Museo nacional. Da gusto pasear por las calles del Phnom Penh, ver a los niños jugando y a la gente tranquilamente charlando en el parque. Se ve mmucha pobreza, y cuando cae la noche los niños dejan de jugar y trabajan vendiendo todo lo que pueden a los turistas... Es duro, pero comprando solo ayudas a que sus "padres" se queden el dinero y ellos sigan forzados a trabajar, porque demuestras que el sistema funciona.

Como una moto más, en silla de ruedas por la jungla del tráfico!!!

Una vez cayó la noche fuimos a el mercado nocturno, a cenar y comprar algunos regalitos. Aunque el paseo del río está lleno de restaurantes muy económicos y con muy buena pinta, en la parte de atrás del mercado hacen barbacoas aún más económicas, y las puede tomar sentado en el suelo, como cualquier otro camboyano. Es una experiencia muy auténtica, (eramos de los pocos turistas cenando ahí) y nos lo pasamos muy bien!!

Tras la cena fuimos un bar a tomar algo, el alcohol es increiblemente barato en Camboya!! Hasta las botellas de licor del bueno son baratísimas, y la cerveza cuesta menos de 50 ct!! Aunque es una locura nos controlamos, porque al día siguiente teníamos que estar listos y desayunando a las 6:30 para coger un autobús que nos llevaría a un sitio aún más encantador.